La situación de los trabajadores de la salud

*Por Angie Deantoni

Primero que nada debemos aclarar a que nos referimos cuando hablamos de residentes. ¿ Quiénes son los residentes y concurrentes de los hospitales? No son estudiantes, no son practicantes, no son alumnos. Son profesionales recibidos, con título y matrícula habilitante que dedicaron entre 6 y 8 años (como mínimo) a estudiar para recibirse, y que eligen continuar formándose y especializándose en el sistema de residencias (médicas y no médicas). Para ello trabajamos en hospitales y Centros de Salud de toda la ciudad de Buenos Aires bajo un régimen que se denomina “capacitación de posgrado en servicio”.

También existe un régimen de concurrencias, es decir, profesionales también recibidos que trabajan igual que nosotros pero que no perciben salario ni cuentan con ART… una locura, ¿no?

Los invito por un segundo a preguntarse cuántas horas trabajan por semana, cuánto cobran esa hora de trabajo, bajo qué condiciones lo hacen y cuánto tiempo de formación les llevó para estar en ese lugar. Y los invito a pensar si alguna vez les preguntaron por su vocación o lo usaron como justificación para pedirles algo en términos laborales que no era retribuido ni reconocido.

Si sos trabajador de la salud o de la educación, me juego la cabeza a que esto ya te pasó.

Ahora bien, si ya te hiciste esas preguntas y formulaste alguna respuesta, te invito a que conozcas las condiciones en las que trabajamos los residentes de CABA:

– Jornadas laborales diarias que muchas veces superan las 10 horas

– Guardias semanales de 24 horas (que se llegan a extender hasta 36 horas) y en algunas especialidades hasta 3 o 4 por semana… obviamente, no pagas (días de semana, fines de semana, feriados, fiestas, etc.)

– Por semana llegamos a trabajar hasta 80 horas

– Sueldo básico que no supera los $6.000

– Sueldo que no alcanza a cubrir la canasta básica familiar (hoy un residente está cobrando entre $110.000 y $130.000)

– Nuestra hora de trabajo “vale” entre $280 y $350

– Y ni hablar de los concurrentes que, como ya dije, hacen muchas de estas cosas gratis

Con todo esto en mente te pregunto, ¿vos trabajarías con estas condiciones laborales por ese sueldo?

Somos médicos, psicólogos, bioquímicos, trabajadores sociales, psicopedagogos, enfermeros, kinesiólogos,  que elegimos el sistema de residencias porque tenemos la convicción de que, bajo condiciones laborales acordes, es la mejor manera de dar la atención de calidad que el sistema público de salud merecem al mismo tiempo que nos especializamos. Damos TODO por nuestros pacientes. Ponemos el corazón en cada historia, cada vida, cada persona que conocemos. Nos sostiene la vocación y la convicción de que debe existir una salud de calidad para todos y todas. Pero sinceramente, de la vocación no vivimos. Vocación nos sobra, lo que nos falta es un sueldo acorde. Por eso estamos donde estamos y desde ahí luchamos.

Todo esto que cuento resumidamente no implica solo al sector público, si es lo que te estás preguntando. Porque somos los mismos residentes (actuales o pasados) los que te atienden en la clínica privada, en el sanatorio, en tu obra social o prepaga.

Si estás leyendo esto estoy segura que conoces a algún residente: quizá sea algún familiar, un vecino, ese ex compañero de colegio, de algún deporte, el vecino, el médico o médica que te atienden por privado, el psicólogo o la psicóloga que te recomendaron, quien te atendió cuando fuiste a alguna guardia o quien te recibió cuando bajaste de la ambulancia, que por algún motivo te asistió.

Durante la pandemia nos tocó uno de los trabajos más duros: estar en la primera línea de atención, en las Unidades Febriles (esas en las que seguramente te hisopaste), en las guardias, salas de internación, terapias intensivas, servicios de salud mental que intentamos atajar los efectos socioemocionales que estaba produciendo en todos el aislamiento, el miedo y la muerte cotidiana.

Como si esto fuera poco, este año se observó el número más bajo de postulantes a las residencias, con muchísimas vacantes que quedaron libres. El sistema de residencias en general está en jaque, porque los que estamos sosteniendo la salud no damos más, y los que están en condiciones de iniciar este recorrido no aceptan estas condiciones precarias de trabajo (y no podemos juzgarlo, desde adentro sabemos que es así). Este año no llegaron a cubrirse las vacantes de muchas especialidades básicas (como pediatría) y pos básicas (como terapia intensiva).

Somos trabajadores precarizados, cansados de los recortes en salud, de los ajustes, del vaciamiento de los hospitales y centros de salud.

Hoy decimos basta.

Hace un mes, el 21 de septiembre, iniciamos un plan de lucha para pedir una recomposición salarial urgente. Nuestros gremios (Médicos Municipales y Federación de Profesionales) nos dan la espalda y cierran paritarias que nos dejan muy por debajo de la inflación, con salarios que se acercan a la línea de pobreza. Vamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones laborales.

Somos profesionales que trabajamos muchísimas horas, dedicamos muchos años a formarnos y no llegamos a fin de mes. Algunos tendremos más suerte, apoyo familiar, algún “privilegio” (o no, porque supongo que nadie quiere depender de otros para vivir). Algunos incluso tienen 3 o 4 trabajos. Por eso estamos llevando adelante una jornada de lucha que ya lleva más de 8 días de paro y 10 movilizaciones multitudinarias. Estamos cansados y necesitamos una respuesta ya.

*Psicóloga (UBA) y residente de 4º año de Psicología Clínica Infanto-juvenil en el Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez.