¡¡¡Basta!!! 50 años haciendo todo mal

Pobreza, desigualdad y expectativas de vida en Estados Unidos.

En medio de la situación que vive la Argentina, una simple pregunta se impone-aunque quizás por obvia, no se realice: ¿cuáles serían las políticas económicas correctasque desean los argentinos?

Un primer paso para dirimir esta cuestión sería comenzar descartando las que fallaron en otros países. Nada mejor para esto que la evaluación que hace la propia población sobre las políticas económicas que experimentaron.

Una ayuda fundamental es el reconocimiento que en los últimos cincuenta años58% de los estadounidenses afirman que sus condiciones de vida declinaron, mientras 19% sostiene que está igual.

De Estadosunimala a Estadosunipeor

Para peor, el estudio Pew revela que la mayoría tampoco ve el futuro mejorando. Para el 66% en 2050 la economía estará debilitada, el 71% considera que el país será menos importante mundialmente-con el 77% afirmando que además estará más dividido internamente.

Se destaca que el 81% considera que en ese período aumentará la distancia entre ricos y pobres-lo que coincide con el resultado que sólo 19% afirma estar satisfecho con sus actuales condiciones de vida.

La confianza en el futuro del país es de sólo 12%. En abril pasado, una encuesta CBS News/YouGov mostró que 97% de la población estaba preocupada por su situación económica.

Estos resultados vienen agravándose a cada encuesta efectuada en los últimos años, reflejando así una tendencia consolidada del malestar que existe en la población. 80% no está satisfecha en cómo está el país (y 76% no confía en la sabiduría nacional para tomar decisiones políticas).

Mientras sólo 37% aprueba el Gobierno Biden, los representantes en el Congreso recibieron una calificación peor, siendo que la gestión parlamentaria es aprobada por el 28%.

En junio pasado Gallup observó que 50% de los estadounidenses consideraba la moralidad del país «pobre», la cantidad más elevada desde que se efectúa esta encuesta-aunque la visión negativa siempre predominó. Además, treinta y siete por ciento la consideró «aceptable» y 12 por ciento «buena»- sólo uno por ciento «excelente» «.

Estados Alterados de América

Según una encuesta de junio, 49% de los estadounidenses dijo sentirse «asustado» por lo que está pasando, mientras que el 22% dijo que estaba «enojado», y únicamente 11% expresó entusiasmo. Solo el 7% cree que las cosas van muy bien bajo el liderazgo de Biden. El 30% dijo que le está yendo muy mal.

Este contexto está afectando negativamente el estado mental de la población. De acuerdo a una encuesta Gallup de diciembre, 31% consideró su salud mental «excelente», mientras que 26% calificó así su salud física. Esas cifras son las más bajas registradas. En consecuencia, la cantidad de gente que visitó un profesional de salud mental subió de 13% en 2004 a 23% en 2022.

Sin embargo, por los costos, 38%, cifra más alta registrada, sostuvo que postergó tratamiento médico -siendo que 27% lo hizo aun considerando su malestar muy grave o algo grave.

Probablemente, este contexto se relacione con el fuerte aumento que viene habiendo de tiroteos masivos. En 2023 ya hubo al menos 202 casos -es decir, más de uno por día, y confirma una tendencia en aumento: en 2015 hubo 329.

En particular, se destaca el fuerte aumento de la tasa de mortalidad por armas de fuego entre niños y adolescentes que pasó de 2,4 a 3,5 muertes por cada 100.000 menores entre 2019 y 2021-en cifras, de 1732 a 2590 muertes por armas de fuego; las más altas desde que se comenzaron a registrar en 1999. Las armas matan 12 chicos y hieren a otros 32 diariamente.

50 años de neoliberalismo es mucho

Para 60% de los estadounidenses, ni las grandes corporaciones ni los ricos pagan lo que deberían de impuestos. Así, el 77% sostiene que el sistema económico es injusto con la mayoría de la población.

No es una percepción sin fundamento: hace 50 años comenzó a implementarse en el país el modelo neoliberal-aquél que responsabilizaba de la recesión de los 70 a la fuerza sindical y al Estado del bienestar social, pasando a postular que, favoreciendo la acumulación de riqueza en un marco de libertades para el capital, volvería el crecimiento económico y la mejora de condiciones de vida para la mayoría.

La gestión macroeconómica neoliberal implicó una opción por un control más estricto de la inflación-aún si esto significara convivir con mayores tasas de desempleo y menores salarios. Así, el salario mínimo en el país aumentó nominalmente desde 1981 hasta la actualidad en sólo cinco años, mientras que entre 1970 y 2022, la inflación acumulada fue casi el doble del aumento acumulado del salario mínimo.

En consecuencia, la productividad laboral neta-que indica, en promedio, cuánto produce cada trabajador y es distribuida entre salarios y las diversas rentas categorizadas como ganancias- deja de distribuirse equitativamente en los 70 (Gráfico a). Con el neoliberalismo, el crecimiento de los salarios queda muy rezagada, mientras disparan los beneficios.

  Productividad laboral neto y salario real  

Los efectos de este cambio pasaron a hacerse explícito en la concentración del ingreso (gráfico b): el 50% más pobre, que venía en la postguerra aumentando su participación en el ingreso nacional, luego de 1980 con el advenimiento del neoliberalismo, observó cómo el 1% más rico incrementó la concentración fuertemente.

Participación del 1% más ricos y del 50% más pobre en el ingreso nacional antes de impuestos-
EUA, 1961 – 2021.

De esta forma, la desigualdad de riqueza también se profundizó. En 1978, el 1% más rico poseía el 21,6% de la riqueza, mientras que en 2021 esta magnitud correspondía al 34,9%. El 50% más pobre que poseía el 2,5% de la riqueza vio una pérdida de casi el 50% hasta la crisis de 2008. Tras una pequeña recuperación en la última década, en 2021 poseía el 1,5% de la riqueza de EE.UU.

Ese 1% más rico de hoy se encuentra, después de tener en cuenta la inflación, un 527% por encima del patrimonio neto del 1% más rico de 1976, mientras los ingresos del 50% inferior ahora están, después de la inflación, apenas un 30% por encima de su nivel en 1976. Los ingresos estadounidenses del 0,01% superior se han disparado casi un 600%.

Durante los dos años de la pandemia, observa Institute for Policy Studies, mientras morían un millón de estadounidenses, la riqueza de los 727 millonarios estadounidenses creció US$ 1,71 billones (58%).

Somos tan pobres (salvo algunos)

A pesar del fuerte corte de gastos sociales, la deuda pública de Estados Unidos creció de 31,8% del PBI en 1974 hasta más de 120% -superando 31 billones de dólares. En los últimos 50 años, la política neoliberal sólo obtuvo superávit fiscal en cinco años-el último en 2001. Luego de ese año, el déficit pasó de medio billón de dólares a ubicarse entre 2 y 3 trillones. El servicio de esta deuda que era de menos de US$ 100.000 millones en los setenta, se calcula llegará a US$ 1,4 billón este año.

Este resultado está vinculado a la política neoliberal que fue sucesivamente retirando la tributación sobre los altos ingresos y la riqueza. Esta tasación era 94% en 1944, pasó a ser 70% en 1965, y se ubicó entre 28-37% desde 1987.

Según la CIA, entre 178 países, sólo 45 (incluyendo la Argentina) tienen una distribución del ingreso peor que Estados Unidos. Actualmente 14,4% de los estadounidenses viven en la pobreza, y 11,1% de las familias viven con inseguridad alimentaria.

Más de medio millón de personas viven en la calle, aunque se calcula que otros 140 mil viven en autos-un crecimiento de 40% en los últimos cinco años. Muchos otros viven en carpas, pero cada vez más localidades están prohibiendo estas ‘ciudades’ por lo que la policía las está evacuando.

La cantidad de gente que necesita asistencia alimentaria por parte del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) creció de casi tres millones en 1969 (1,4% de la población del país), a 17 millones de personas en 2000, y más de 40 millones de personas en 2010 (el 13% de la población). En 2022, eran 41,2 millones de beneficiarios.

Aun así, CNBC informó que 1 de cada 10 adultos estadounidenses pasó hambre en diciembre de 2021. Tres de cada cuatro trabajadores tienen dificultades de llegar a fin de mes, y 20% de ellos afirmó no haber dejado de comer por falta de ingresos, según publicó NBC News.

Pobreza no es vida

Recientemente Lyndon Haviland, especialista en salud y políticas públicas, alertó que «la forma en que hemos estado midiendo la pobreza es fundamentalmente defectuosa. Subestima groseramente el número de personas que viven en la pobreza en Estados Unidos… El problema está empeorando, no mejorando.»

De hecho, para la agrupación Poor People’s Campaign, existen 140 millones de pobres, es decir 43% de la población, y más de 10 millones de personas están sin casa o a punto de perderla. En su campaña presidencial, en un evento de la organización, Biden se comprometió a erradicar la pobreza por ser «lo único que puede derribar a este país». Ya como presidente, Biden presidió en la Casa Blanca la primera conferencia contra el hambre en el país desde hace casi 50 años, que se calcula afecta a más de 10% de los hogares de EE.UU.

Quizás el registro más adecuado de esta realidad es que por segundo año consecutivo, la esperanza de vida en Estados Unidos cayó, de 78,8 años en 2019 a 76,1 años en 2021. Es el registro más bajo desde hace 25 años.

No sólo la expectativa de vida en Estados Unidos es menor que la de que muchos países desarrollados. Es menor que la de Cuba… Pero los más ricos en EE.UU. viven entre 10 y 15 años más que los más pobres.

Fuente: El Cronista