Larreta se prepara para ganar la interna, Bullrich para gobernar

Por Matías Rodríguez *

Horacio debe sortear un laberinto construido por su todavía jefe político, Patricia que viene de una tradición donde los consensos se someten a las jefaturas, presintiendo ser la bendecida construye a diario: candidatos, gabinete y programa. Los dos a su ritmo y con su estilo. 

Hay en la política argentina un síndrome Benjamin Button por el que nuestros dirigentes nacen viejos y se convierten en candidatos y candidatas en etapa de desarrollo en una sociedad con poca memoria: Horacio es el candidato a presidente de los últimos días y Patricia una joven promesa de la nueva derecha latinoamericana. El más viejo es Milei quien acaba de nacer y al que le falta mucho para ser “un servidor del pasado en copa nueva”. Del otro lado de la mesa tenemos a los niños Scioli y Massa ya en pantalones cortos y listos para gobernar.  


Se podría decir entonces que la oferta electoral para este 2023 en su mayoría es pobre y desconcertante pero no sorpresiva. Un país en el que pasa de todo a diario pero que visto cada diez años sigue igual. Sería fácil argumentar que la causa que origina la oferta es la tan anunciada decadencia ¿es solo eso? Por supuesto que no, hay un desgaste que cumple 40 años que no logra renovar expectativas ciertas.¿Nos quedamos sin ideas o el problema son las estructuras que frenan los cambios? Algunos pueden intuir televisivamente respuestas a esa decadencia con frases hechas como: “hay que insertarse en el mundo”, “necesitamos seguridad jurídica” “hay que reducir el Estado”. Todas aparentemente obvias como superficiales. 

El agotamiento parió un emergente pasajero que reproduce el candidato “meme” a la Trump. Un problema mundial y regional que erosiona la base del sistema democrático liberal tal como lo conocemos. ¿La respuesta debe ser cuestionar las consecuencias o llevar el sistema hacia otro nivel? ¿Mejorar la democracia o transformar la sociedad que la protagoniza?

En ese contexto de interrogantes y de vacíos discursivos se instala la competencia hacia el interior de la coalición opositora. La mayoría entiende que el sistema occidental, cristiano y capitalista no se modifica; algunos porque les gusta y otros porque no se animan. 

Horacio perdido en ese laberinto trata de fortalecer su candidatura, compensar pesos y contrapesos, atender a los radicales que consolidan día a día su vocación de copiloto, frenar el avance del sector del PRO que apoya a Pato que teje y teje como Penelope en todo el interior del país; con mejores y peores resultados. Es un candidato que como producto se vende moderado y hacia el centro pero que habla como un neo liberal clásico. 

El jefe de Gobierno solo tiene tiempo para decir obviedades, déficit: “Lo primero es ordenar las cuentas y llegar a déficit primario cero el primer año. Pero eso requiere mucho laburo”. Retenciones: «retenciones es un impuesto horrible, que se adueña del trabajo de ustedes (el campo)».»Eliminar las retenciones para más de 200 productos de economías regionales y un compromiso de reducción escalonada que vaya de acuerdo al aumento de la producción«. Y la frutilla del postre, Estado: “desburocratizar” y “simplificar” la estructura del Estado, y de “mejorar la conectividad” al crear mayor infraestructura: rutas, caminos rurales. Convertir en autopistas las rutas provinciales clave que une a sectores productivos”. La gradualidad como única diferencia y una estrategia de comunicación que hasta ahora no da resultado. Un camino plagado de errores propios y ajenos. 

Mientras tanto en el mundo Bullrich Pueyrredon todo parece estar en una sinergia que ella con su condición artesanal de la política que muchos desprecian y pretenden reemplazar con focus group y asesores en marketing, logró poner en funcionamiento. Relacionar su discurso de “mano dura” , la simplificación de las soluciones y decirle al grupo de los 5 lo que quieren escuchar, parece darle resultado. 

Bullrich: “El país no sale adelante con tibieza, sino con un programa claro y sin tener vergüenza de las ideas que vamos a plantear”, dice aludiendo a su contrincante y emulando al candidato “meme”. El Estado “es un peso muerto sobre los ciudadanos” y “nos vamos a animar a sacar de manera rápida estos controles cambiarios”. La piba no amaga en ninguna “tenemos la intención de impulsar una reforma laboral, un cambio en las regulaciones del mercado de trabajo”. “La necesidad de impulsar una profunda revisión del sistema previsional, que exceda la discusión sólo de la fórmula de cálculo de los haberes de la clase pasiva”, las textuales de la ex ministra no sorprenden y por eso dan una imaginaria certeza. 

Bullrich sabe que está un paso adelante de Rodriguez Larreta y acomoda su estrategia para que Macri que no es Jorge la bendiga como la candidata del oficialismo PRO. El próximo gobierno tiene que hacer un ajuste más brutal que el actual para implementar la agenda neo liberal ya archi conocida, y eso solo se garantiza con un ordenamiento del conflicto social. El círculo rojo parece estar cada vez más cerca de una candidata situada entre los delirios de un Rock Star del subdesarrollo y el gestor sin carisma. 

Los que no se presentan a elecciones pero las ganan aceptan de a poco el impulso de una candidata que sigue acomodando la estrategia, el desdoblamiento de las elecciones porteñas, las reuniones con empresarios, sindicalistas y entidades rurales demuestran que la dificultad no es tanto ganar las elecciones sino gobernar el día después. La presidencia de Alberto demuestra el grado de improvisación al que nos somete la dirigencia en su totalidad. Hay poca innovación, candidatos descartables y estructuras partidarias con más prebendas que ideología. ¿Es ésta una oportunidad para renovar nuestra democracia o una elección más? 

Una sociedad sin memoria premia y castiga a ciegas y eso es sumamente peligroso cuando está en juego el bienestar de un tejido que se rompe día a día. Pobreza, precarización, marginalidad y una educación expulsiva son el costo altísimo que pagamos por la mediocridad de la dirigencia. Dejemos de elegir tanteando en la oscuridad.Hay una respuesta y deberá construirse con responsabilidad e imaginación.

La hegemonía neo liberal está sólida porque el poder que condiciona la democracia desde el 83’ así lo quiere, ellos ya tienen sus opciones, sólo tienen que decidir quién garantiza la continuidad y hay pocos días para hacerlo, se hace difícil cuando “Hasta nuestras diferencias se parecen”, como diría Andrés. Ahora juegue un poco y haga la prueba, ponga dos fotos y marque las 7 diferencias. 

*Periodista