Los radicales de la provincia de Buenos Aires tenemos que pedirle perdón a los radicales del país
por Ricardo Mario Sánchez*
La recuperación de la UCR verificada en distintas provincias argentinas no tiene su correlato en la Provincia de Buenos Aires y ello se debe a una conducción que desde hace años, se apoderó de las decisiones partidarias y nos llevó a este estado de casi insignificancia.
De hecho, por connivencia o complicidad, no se pudo explotar electoralmente una situación que por escandalosa, debiera haber sido un estandarte de la lucha contra la corrupción. El doloroso silencio de nuestro partido respecto a la cuestión de las tarjetas de Chocolate Rigau permitió que la ciudadanía pensara que somos todos iguales.
Y es necesario comenzar por allí porque la cloaca en la que se ha transformado el manejo de los fondos de la Legislatura Provincial viene contaminando todo el accionar partidario. La ausencia de debate partidario tiene su origen en el mantenimiento de una estructura que disciplina a partir del dinero. El partido lo conducen los que manejan la caja. Ello viene generando el deterioro de la relación con la militancia que será muy difícil de restaurar. Los Comités se convirtieron en casas vacías y los militantes con vocación de participar ven como las cuestiones se van decidiendo entre menos, y siempre ligados a la conducción-caja, haciendo inútiles cualquier esfuerzo de enfrentarlas.
Se va enquistando una oligarquía partidaria que anula la discusión, desarma los estamentos partidarios, para reducir la toma de decisiones a pocos amigos que tienen la interlocución con los socios con los que llevan al partido a aliarse. Ninguna importancia tiene hacer el esfuerzo por competir en una interna partidaria, porque muchos oficialismos locales se quedaron fuera de la discusión de las candidaturas, sin posibilidad de competir en las PASO, a partir de los acuerdos que se hacían en la superestructura.
Esta concentración de poder nos lleva a extremos como que ubicamos en la lista de Juntos por el Cambio a una candidata que irá por su TERCER mandato de Diputada Nacional, cuando el mayor atributo que tuvo para acceder en su momento a ese cargo fue su cercanía con la conducción de la UCR bonaerense sin haber pisado hasta ese momento comité alguno. La gestión parlamentaria podría ser muy buena, pero nunca tanto como para relegar a miles de mujeres radicales que empujan desde hace décadas en todos los ámbitos partidarios.
Esta conducción partidaria dilapidó la última incorporación interesante que se produjo en la UCR de la provincia. Cuando en 2021 irrumpió la figura del Dr. Manes, se encargaron de hacer una lista competitiva contra el Pro dentro de Juntos por el Cambio, pero se cuidaron de hacer lo necesario para que no ganara. Y luego, lo indujeron a una pelea por la Presidencia de la Nación que ellos mismos ya habían descartado. Los mueve el interés individual, ni siquiera lealtad hacia los propios.
La conducción del radicalismo de Buenos Aires hizo crecer al Pro sin proponerse como socio competitivo. Las grandes ciudades de cada sección electoral fueron o son gobernadas por el Pro. La Plata (octava sección), Mar del Plata (quinta sección), Bahía Blanca (Sexta Sección), Junín (Cuarta sección), con la importancia que cada una tiene en la definición de las candidaturas a legisladores, sin mencionar la paupérrima situación en la que estamos en las dos secciones del conurbano bonaerense (Primera y Tercera Sección) en la que la entrega al Pro es absoluta.
Por estas razones es que tenemos que pedirle perdón a los radicales del resto del País, porque no pudimos sacarnos de encima a esta conducción entreguista y cómplice que hace que los esfuerzos de recuperación que se hacen en otras provincias no adquieran dimensión nacional.
Estos párrafos se escribieron el viernes antes de la elección, el resultado no hace más que ratificar los rasgos que se enuncian en el escrito.
* Ricardo Mario Sánchez, es abogado y ex Secretario General de la UCR de la provincia de Buenos Aires.