Compras en el exterior: argentinos aprovechan precios más bajos en países vecinos

El turismo al exterior atraviesa un auge sin precedentes y con él, el consumo con tarjetas de crédito en dólares, que alcanzó los niveles más altos desde febrero de 2018. Según datos del Banco Central, el stock de préstamos en dólares con tarjeta trepó a USD 761 millones, un incremento del 185% respecto del promedio de enero de 2024. Este fenómeno responde a la apreciación cambiaria, que encarece el costo de vida en Argentina y hace más atractivos los destinos en el exterior.
El crecimiento exponencial de estos consumos pone en tensión las reservas internacionales, que se encuentran en niveles negativos de aproximadamente USD 10.000 millones. Para contener la brecha cambiaria y evitar presiones sobre el dólar financiero, el Banco Central interviene constantemente en el mercado, habiendo gastado más de USD 619 millones en la primera mitad de enero.
El boom turístico no es el único factor detrás del drenaje de divisas. La flexibilización impositiva para la importación de bienes vía courier y el aumento de los tours de compras a países limítrofes contribuyen al fenómeno. Según el INDEC, en diciembre el turismo emisivo creció un 50,6% interanual, mientras que la llegada de visitantes extranjeros cayó un 9,6%. En paralelo, los excursionistas que cruzan la frontera sin pernoctar en el exterior aumentaron un 116,1% interanual.
En este contexto, el gobierno de Javier Milei apuesta a mantener el dólar como ancla antiinflacionaria, pese a los riesgos que implica para la sostenibilidad económica. La reducción del ritmo de devaluación al 1% mensual y la reciente modificación de las retenciones al agro forman parte de esta estrategia, que busca acelerar la liquidación de exportaciones para compensar la salida de divisas. No obstante, analistas advierten que esta política podría traer un aumento en el precio de alimentos y un impacto en la recaudación fiscal.
Las similitudes con el escenario previo a la corrida cambiaria de 2018 generan inquietud en los mercados. La incógnita es si la apreciación del peso podrá sostenerse sin afectar la estabilidad financiera y si el gobierno logrará un acuerdo con el FMI que garantice el ingreso de divisas frescas. En el corto plazo, la presión sobre el dólar financiero y la evolución de las reservas serán claves para definir el rumbo de la economía.